Virgen    de la Peña de Francia,
 que desde tan elevado trono 
manifiestas tu clemencia    
a todos los que solicitan tu amparo:
Te consagramos nuestro ser y nuestra    vida, 
nuestros trabajos, alegrías,
 enfermedades y ocupaciones.
Escucha    la oración 
que con filial confianza te dirigimos 
y preséntala ante tu hijo    Jesús, 
único Redentor nuestro. 
Da la paz, la justicia y la prosperidad 
a    nuestros pueblos. 
Protege a nuestras familias 
para que estén siempre    unidas. 




