María, Madre del sí,
tú escuchaste a Jesús
tú escuchaste a Jesús
y conoces el timbre de su voz
y el latido de su corazón.
y el latido de su corazón.
Estrella de la mañana,
háblanos de Él
y descríbenos tu camino
para seguirlo por la senda de la fe.
María, que en Nazaret
habitaste con Jesús,
imprime en nuestra vida
tus sentimientos, tu docilidad,
tu silencio que escucha y hace florecer
tus sentimientos, tu docilidad,
tu silencio que escucha y hace florecer
la Palabra en opciones de auténtica libertad.
María, háblanos de Jesús,
para que el frescor de nuestra fe
brille en nuestros ojos
para que el frescor de nuestra fe
brille en nuestros ojos
y caliente el corazón de aquellos
con quienes nos encontremos,
como tú hiciste al visitar a Isabel,
que en su vejez se alegró contigo
por el don de la vida.
María, Virgen del Magníficat
ayúdanos a llevar la alegría al mundo
y, como en Canaán,
impulsa a todos los jóvenes
impulsa a todos los jóvenes
comprometidos en el servicio a los hermanos
a hacer sólo lo que Jesús les diga.
María, dirige tu mirada
al ágora de los jóvenes,
al ágora de los jóvenes,
para que sea el terreno fecundo
de la Iglesia italiana.
de la Iglesia italiana.
Ora para que Jesús,
muerto y resucitado,
muerto y resucitado,
renazca en nosotros
y nos transforme
en una noche llena de luz,
llena de Él.
María, Virgen de Loreto,
Puerta del Cielo,
ayúdanos a elevar nuestra mirada
a las alturas.
a las alturas.
Queremos ver a Jesús,
hablar con Él
hablar con Él
y anunciar a todos su amor.
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