Del jardín tan sigular
que Dios un día creó,
eres la flor más hermosa,
la candorosa Rosa,
de belleza sin igual.
Llena de amor y pureza
niña de gran belleza,
que por ser Madre de Dios
viviste en la pobreza,
pues fuiste la elegida
por tu humildad y grandeza.
¿Quien mejor que tu
ha de conocer mis penas?
¿Quien mejor que tú
conoce mis angustias?
Y es por eso que a Ti acudo,
a suplicar a tus pies
que me des una solución
para mis problemas y aflicciones:
(Hacer la súplica)
Virgen y Niña Divina,
Santa Madre de Dios,
Coronada Reina del Cielo,
concédeme tu favor
y escucha mi petición,
mejora mi triste existencia,
y el día que lo decidas
ven a buscarme y llevarme
al lugar donde tu reinas
que mi alma, toda tuya,
con gozo te seguirá.
Amorosa Virgen Niña,
pide por mi a tu Hijo,
que me ahogo sin salida
de esta triste situación,
dadme una solución
y siempre estaré agradecida.
Amén
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