¡Oh excelsa Madre de Dios y
Esperanza de los mortales!
Sabedor de que habéis recibido
la misión divina de guardar, guiar,
alegrar y consolar a las almas,
a Vos acudo con inquebrantable fe
e ilimitada confianza.
Vuestro título de Madre de la Esperanza
Esperanza de los mortales!
Sabedor de que habéis recibido
la misión divina de guardar, guiar,
alegrar y consolar a las almas,
a Vos acudo con inquebrantable fe
e ilimitada confianza.
Vuestro título de Madre de la Esperanza
ya es prenda de buena acogida;
vuestra misión es seguridad de otorgamiento.
Seguro de que vuestros brazos
se abren en todo momento con solicitud maternal,
en ellos me arrojo.
se abren en todo momento con solicitud maternal,
en ellos me arrojo.
De Vos todo lo espero.
Aún cuando todo el mundo me abandone,
aún cuando la ciencia me desahucie,
aún cuando el Cielo oculte sus celajes,
aún cuando Dios no oyera ya mis ruegos,
aún cuando las tinieblas envolvieran mi alma,
aún cuando todo el camino se me cerrara,
y sin luz, sin calor, sin fuerza, sin aliento,
sin sostén alguno ni humano ni divino,
estuviera por hundirme
en el abismo de la desesperación,
en el abismo de la desesperación,
a vuestro amparo me acojo.
Vos no me abandonaréis, oh Madre mía;
Vos fuísteis, sois y seréis, después de Jesús,
toda mi esperanza.
En Vos confié y en Vos confío contra toda esperanza
y seguro estoy que no quedaré confundido.
¡Oh Madre buena y poderosa,
oh Madre de la Esperanza!
mirad mi aflicción y necesidad,
oh Madre de la Esperanza!
mirad mi aflicción y necesidad,
dadme consuelo,
escuchad mi plegaria.
(Hacer la Petición)
Por Jesucristo tu Hijo, nuestro Señor.
Amén
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