Señora y Reina gloriosa
magnífica y generosa
de todas la más hermosa
la que escucha silenciosa…
Silenciosa siempre estás
y cuando te llamo vienes
escuchas todas mis penas,
le das sosiego y paz
a este corazón mío
que sufre de soledad.
Virgen mía, fuiste Madre
de Dios y de la Humanidad,
y conoces la alegría
que tener hijos supone,
concédeme Madre mía
el don de la maternidad.
Mi corazón esta solo
pues no tengo la ventura
de engendrar una criatura
que con su amor y alegría
engrandezca nuestros días,
sabes que con todo amor lo cuidaría,
que por él, mi vida daría.
Siempre estaré agradecida
por tanto que nos has dado,
pero no está completa mi vida,
sin poder dar mi amor de madre,
María de la Dulce Espera,
escucha mi ruego complacida,
y dame la gran alegría
de poder dar la vida,
de ser fértil, de ser madre.
Madre Virtuosa y Santa
llévale mi plegaria
al altísimo Jesús,
yo sé que ustedes nos dan
todo lo que corresponde
concediéndonos peticiones
para nuestro bienestar
y de vuestra mano está
que mi deseo se haga realidad.
Alabada seas mi Señora,
por mí, tu devota hija.
Amén
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